Ante la suspensión de las clases, #SeguimosEducando. En una iniciativa conjunta de la Televisión Pública y el Ministerio de Educación de la Nación, todos los días acercan los contenidos del portal Educ.ar a nuestra pantalla.
La Televisión Pública, conjuntamente con todos los medios públicos y con el Ministerio de Educación de la Nación, pone a disposición dos franjas horarias llenas de materiales y recursos educativos digitales organizados por nivel educativo y área temática, en acompañamiento a las medidas preventivas anunciadas por el Gobierno Nacional respecto de la situación epidemiológica del coronavirus COVID-19. Esta colección es dinámica y se irá enriqueciendo día a día con nuevos y variados materiales.
La franja de 9 a 11 está dirigida a los niveles inicial y primario de educación y es conducida por Sol Canesa y Ernesto Sánchez. La franja de 14 a 16 está dirigida al nivel secundario de educación y es conducida por Ángela Lerena y Darío Sztajnszrajber.
Podés encontrar, también, todos los materiales emitidos y muchos otros más en seguimoseducando.gob.ar.
Hace mucho tiempo, aunque ya se practicaba la
agricultura en los valles, la vida seguía siendo dura en los cerros y las
punas, porque allí los pastorcitos sufrían la sed cuando marchaban tras sus
rebaños. Uno de esos pastorcitos se había enamorado de una joven como el pero
hija del curaca, el jefe de la comunidad. Cada vez que regresaba a la aldea –
después de una larga jornada - , la saludaba desde lejos y ella le sonreía, le
sonreía. El curaca no quería ni oír del amor entre los jóvenes. Soñaba con otro
destino para su hija (¡seguro, el hijo de otro jefe!), y odiaba al pastorcito.
Quizás esa prohibición los acerco. El chico, un día, junto coraje y le hablo:
la quería con toda su alma y no se resignaba a vivir sin ella. La joven también
le confeso sus sentimientos, y, sabiendo de antemano la oposición que
encontrarían, escaparon hacia la montaña. A la mañana siguiente, muy temprano,
cuando el muchacho debió marchar con los animales y el grupo de pastores, sus compañeros
notaron su falta, pero partieron igual. Rato después, el jefe se levanto para
iniciar su labor del día. Advirtió la ausencia de su hija y se sorprendió,
porque ella nunca faltaba a esa hora. Algo malicio porque despacho un chasqui
al cerro para saber si el pastorcito había marchado con las llamas. ¡Y no le
cupo duda! Convoco entonces a sus guerreros para salir en busca de los
enamorados, apresarlos y darles su merecido. Los jóvenes sospecharon que el
airado curaca andaría tras ellos. Llevaban horas de delantera, pero conocían la
firmeza y la capacidad del jefe y sus guerreros. Apelaron entonces a la
Pachamama, la Madre de los cerros, protectora de los cultivos de maíz y de la
quinua, la que ampara siempre a quienes le manifiestan su respeto. En lo mas
alto del cerro cavaron un hoyito, depositaron en el los alimentos que llevaban
y los cubrieron con piedras; allí mismo hicieron una apacheta, uno de esos
altares a cielo abierto queen plena montaña reverencian a la Madre generosa. Y
cuando la apacheta había tomado forma y el curaca y sus guerreros trepaban la
cuesta acercándose a los fugitivos la apacheta se abrió como un manto protector
y recogió en su regazo a los dos enamorados. El airado jefe y sus hombres
llegaron jadeantes a la cumbre, pero sólo encontraron una apacheta recién hecha
¡y ni rastros de los fugitivos! Tuvieron que volver a la aldea, y cuando el
curaca finalmente se resigno, junto a la apacheta brotó una nueva planta, hasta
entonces desconocida, que en la sequedad de esas alturas formó un grueso
tronco, espinudo, alto y recto y con sus brazos al cielo: ¡era el pastorcito
convertido en cardón, agradeciendo para siempre a la Pachamama! Desde entonces,
los que marchan por el cerro solo tienen que voltear un cardón para encontrar
en su esponjosa y jugosa madera que parece de papel, el agua que saciará la sed
de hombres y animales. Y cuando las nubes se amontonan y las montañas resuenan
con el trueno que anuncia tormenta, sobre el pecho verde del cardón nace una
flor blanca para anunciar la lluvia que bendecirá la tierra: es ella, la
enamorada, convertida en flor por la Pachamama.
Los
guaraníes la llamaron Caá y fueron ellos quienes descubrieron sus excelentes
propiedades. Su nombre quiere decir "hierba o yerba", pero en realidad se trata
de un error de apreciación, dado que los conquistadores al ver tan pequeñas
partículas, así la denominaron, cuando en verdad son las hojas de un árbol, que
en estado desarrollado y primitivo suele alcanzar los ocho metros de altura.
Dicen que dicen que quien
conozca Misiones, con su tierra colorada, sabe de su lujuriante selva, con enormes
árboles de frondosas copas, de las plateadas aguas que corren por sus ríos,
formando bellísimas y exuberantes cataratas con torrentes maravillosos, conoce
los degradé de verdes que inundan la selva y la pueblan de animales y colores. Sabrá que crecen allí los helechos más
hermosos y las delicadas orquídeas y sus bosques poblados de tucanes, osos
hormigueros, ágiles coatíes, simpáticos monos, mínimos colibríes, aladas
mariposas y enormes papagayos, entre otros, todos propios del lugar. Muy de trecho en trecho, algún rayo de sol
suele colarse entre el follaje de los tupidos bosques. Yací, la luna, que era muy curiosa, estaba
fascinada con el paisaje del lugar y de ello habíales contado al sol y las
nubes. Araí, la nube, dejaba filtrar sus rayos e
iluminaba las copas de los árboles misioneros cubriendo la selva de luz
resplandeciente. Cierta vez, Yací y Araí se pusieron de
acuerdo y las dos juntas decidieron bajar a la tierra, por eso, Tupá, el dios
bueno y bondadoso, les dió el don de transformarse en dos hermosas y pálidas muchachas. Al descender las dos jóvenes comenzaron a
recorrer la selva, era mediodía, se escuchaba el melodioso canto de los pájaros
y el cuchicheo ensordecedor de los insectos. Todo esto maravilló a las muchachas y en su
distracción no les fue posible escuchar las sigilosas pisadas del yaguareté que
se aproximaba dispuesto a atacarlas, agazapado entre los verdes arbustos. Ellas no sospechaban que un avezado cazador, oriundo del lugar, venía
siguiendo los pasos del yaguareté y cuando éste se propuso atacar a las
jóvenes, él con su arco disparó una certera flecha que fue a dar sobre el lomo
del animal. El magnífico, pero feroz yaguareté, dió un
salto enfurecido y mostrando sus fauces trató de atacar al tirador. Yací y Araí quedaron paralizadas ante el
ataque de aquel animal, pero una nueva flecha se incrusto en su pecho dejándolo
agonizante. El cazador, vió que el animal herido
sucumbía y también creyó ver las siluetas de dos jóvenes que se alejaban a la carrera. El nativo, se acercó al animal y al verlo
quieto trató de buscar en la espesura, pero nada pudo vislumbrar. Cuando llegó la noche, el cazador decidió
que era hora de dejar su cuerpo en reposo y se echó a dormir en su cómoda
hamaca. Al poco rato, el hombre tuvo un sueño
asombroso, en él se repetía la escena del yaguareté y volvía a verse a sí mismo
manejando el arco en el claro del monte, solo que esta vez podía distinguir a
las dos muchachas de piel blanquísima y largos cabellos. Ellas parecían estarlo esperando, es allí,
que el cazador se ve así mismo acercándose a ellas. Yací se aproximaba hacia él
y lo llamaba por su nombre. La bella muchacha se presentó así misma y
luego a su compañera Araí, ambas le agradecieron al cazador por haberlas
salvado y reconociendo cuan valiente había sido al protegerlas de las fauces
del yaguareté. Luego, le dijeron que como premio al valor habían decidido
obsequiarles dos favores, uno era un premio, y el otro, un secreto y agregaron:
- mañana, cuando llegue el día hallarás
al frente de tu maloca una nueva planta a la que llamarás Caá, deberás sustraer
las hojas, tostarlas y molerlas y luego, con ellas prepararás una infusión.- Luego agregaron: - cuando bebas dicha infusión notarás que tu soledad ya no será tal y
lograrás que tus vecinos y amigos quieran compartir contigo este brevaje, el
cual acercará los corazones de los unos a los otros - Aquel cazador solitario se sumergió
nuevamente en un sueño profundo hasta el amanecer. Cuando despertó corrió afuera de la casa
comunal y lo primero que descubrió fue una nueva planta que se alzaba frente a
su puerta, tal como Yací y Araí le habían anunciado. Loco de contento, pero sin
entender demasiado aquel sueño, llamó a los gritos a los miembros de su Tevy. Toda la familia del cazador vió con asombro,
no una, si no muchas plantas de hojitas verdes y ovaladas que crecían aquí y
allá, el cazador le dió a su gente las instrucciones que las jóvenes le habían
encomendado. Ellos recolectaron las hojas y las secaron, una vez hecho esto,
las molieron y buscaron una calabacita y una caña fina, ambas huecas e
introdujeron las hojas y la caña fina y vertieron agua sobre las hojas y así
probaron la nueva bebida. El sabor era raro, un poco amargo pero
apetitoso. Como toda su Tevy, se arremolinó alrededor
del cazador, éste pasó el recipiente y uno a uno lo fueron saboreando. Fue así como nació nuestro sabroso y
riquísimo mate, ese compañero en los momentos de soledad, o ese otro, que
solemos compartir con nuestros parientes y amigos tendiendo un puente entre
unos y otros. Caá: yerba Araí: nube Yasí: luna Maloca: casa comunal Tevy: extensa familia de un jefe
¿Ya conocés a El Coquena?
Protege a los animales (guanacos, llamas y vicuñas) y castiga a quienes los lastiman.Tiene forma de duende
Los alumnos de 5º grado estan haciendo lectura de la leyenda. tanto en soporte papel como digital y en diferentes versiones.
Aqui les mostramos algunas.
Elizabeth es una hermosa princesa. Vive, por supuesto, en un castillo,
usa hermosos vestidos y está comprometida con el guapo príncipe Ronaldo.
Cuando un enorme dragón deja el palacio reducido a cenizas y secuestra a
su prometido, Elizabeth se pone una bolsa de papel (es lo único que no
se quemó en el incendio), y parte al rescate. Sin embargo, parece que
salvar al príncipe al final no le resulta tan provechoso… ¿o sí?
En la búsqueda de lindas historias la seño de 3º eligió este título de Ricardo Mariño.
El
protagonista de esta historia será sorprendido por las consecuencias de uno de sus
tantísimos inventos.Lajos Schmid se ve envuelto en una historia;y con
él, su joven ayudante y su perro electromecánico. Humor, aventura y
peligro lo alejan de toda rutina.
Los alumnos de 5º grado estan leyendo "Doña rosita y don Cocoliche" de la autora Ángela Durini.
Narra la historia de dos marionetas amigas, encerradas en un museo hasta la llegada de Tobías,“el elegido”, que las liberará de su cautiverio.
En la historia, las marionetas adquieren vida, expresan sus sentimientos con desmayos, lágrimas, besos, abrazos.
Los lectores, cautivados por el suspenso y por las peripecias de los personajes, entran en ese mundo donde casi todo es posible y acompañan a Tobías y a Emilia en el rescate de Rosita, la marioneta prisionera en la casa de antigüedades.
La alegría de la amistad, la comprensión y la posibilidad de dar, más la intertextualidad con los textos que Lorca escribió para sus marionetas, hacen que esta novela conmueva y perdure.
Primer ciclo comenzó un proyecto nuevos, aquí le mostramos un adelanto. Hadas, brujas y magos son las curiosidades a buscar entre cuentos, imágenes, películas, para comparar, entretenerse y conocer.
En el marco del proyecto de ciencias sociales "Conociendo el origen de los guaraníes y los tobas" los alumnos de 2º grado escucharon y dibujaron la leyenda "El picaflor", de los tobas. Luego pudimos escribir epígrafes en los dibujos armando una secuencia con los mismos.
Los alumnos de 5º grado han terminado de leer la obra de Adela Basch " Abran cancha que aquí viene Don Quijote de la mancha". Al investigar porqué se festeja el día del idioma y del libro, se enteraron de la obra de Miguel de Cervantes Saavedra y de esa forma se les sugirió la lectura de esta obra adaptada para los niños, con gran satisfacción buscaron la lectura de la misma semana a semana en la biblioteca.