Este año la Feria del Libro Infantil y Juvenil cumple 25 años de acción, emoción, humor y ciencia ficción. Durante nueve años consecutivos, la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina – ABGRA , ha tenido la responsabilidad de organizar conjuntamente con la Feria, el Foro de Promoción del Libro y la Lectura, destinado a bibliotecarios, docentes y estudiantes de Bibliotecología.
En esta oportunidad, el Foro se une al festejo para celebrar este importante cumpleaños de la Feria, y lo hace con música, teatro, cuento y arte en la biblioteca. Además, se contará con la presencia de dos especialistas en el tema ‘booktubers’, que tratarán de explicar el significado cultural y social de esta nueva tendencia ‘teen’, que dinamiza el mundo de los libros. Ver programa completo.
Esta celebración comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.
Hace mucho tiempo, aunque ya se practicaba la
agricultura en los valles, la vida seguía siendo dura en los cerros y las
punas, porque allí los pastorcitos sufrían la sed cuando marchaban tras sus
rebaños. Uno de esos pastorcitos se había enamorado de una joven como el pero
hija del curaca, el jefe de la comunidad. Cada vez que regresaba a la aldea –
después de una larga jornada - , la saludaba desde lejos y ella le sonreía, le
sonreía. El curaca no quería ni oír del amor entre los jóvenes. Soñaba con otro
destino para su hija (¡seguro, el hijo de otro jefe!), y odiaba al pastorcito.
Quizás esa prohibición los acerco. El chico, un día, junto coraje y le hablo:
la quería con toda su alma y no se resignaba a vivir sin ella. La joven también
le confeso sus sentimientos, y, sabiendo de antemano la oposición que
encontrarían, escaparon hacia la montaña. A la mañana siguiente, muy temprano,
cuando el muchacho debió marchar con los animales y el grupo de pastores, sus compañeros
notaron su falta, pero partieron igual. Rato después, el jefe se levanto para
iniciar su labor del día. Advirtió la ausencia de su hija y se sorprendió,
porque ella nunca faltaba a esa hora. Algo malicio porque despacho un chasqui
al cerro para saber si el pastorcito había marchado con las llamas. ¡Y no le
cupo duda! Convoco entonces a sus guerreros para salir en busca de los
enamorados, apresarlos y darles su merecido. Los jóvenes sospecharon que el
airado curaca andaría tras ellos. Llevaban horas de delantera, pero conocían la
firmeza y la capacidad del jefe y sus guerreros. Apelaron entonces a la
Pachamama, la Madre de los cerros, protectora de los cultivos de maíz y de la
quinua, la que ampara siempre a quienes le manifiestan su respeto. En lo mas
alto del cerro cavaron un hoyito, depositaron en el los alimentos que llevaban
y los cubrieron con piedras; allí mismo hicieron una apacheta, uno de esos
altares a cielo abierto queen plena montaña reverencian a la Madre generosa. Y
cuando la apacheta había tomado forma y el curaca y sus guerreros trepaban la
cuesta acercándose a los fugitivos la apacheta se abrió como un manto protector
y recogió en su regazo a los dos enamorados. El airado jefe y sus hombres
llegaron jadeantes a la cumbre, pero sólo encontraron una apacheta recién hecha
¡y ni rastros de los fugitivos! Tuvieron que volver a la aldea, y cuando el
curaca finalmente se resigno, junto a la apacheta brotó una nueva planta, hasta
entonces desconocida, que en la sequedad de esas alturas formó un grueso
tronco, espinudo, alto y recto y con sus brazos al cielo: ¡era el pastorcito
convertido en cardón, agradeciendo para siempre a la Pachamama! Desde entonces,
los que marchan por el cerro solo tienen que voltear un cardón para encontrar
en su esponjosa y jugosa madera que parece de papel, el agua que saciará la sed
de hombres y animales. Y cuando las nubes se amontonan y las montañas resuenan
con el trueno que anuncia tormenta, sobre el pecho verde del cardón nace una
flor blanca para anunciar la lluvia que bendecirá la tierra: es ella, la
enamorada, convertida en flor por la Pachamama.