Desde mucho
antes que las historias comenzaran a ser escritas, hace muchisimo
tiempo, existen relatos que cuentan las amistad entre hombres y
delfines.Los Griegos en la antigüedad son particularmente muy fecundos
en este tipo de relatos, y hay hermosos mosaicos con figuras de delfines
en mas de un templo y un palacio. En Delos, por ejemplo, esta la casa
de los delfines, llamada así justamente por sus mosaicos, y en Creta hay
un palacio cuyo frontis esta decorado con delfines.
En
muchas leyendas de origen prehistórico, se hablan de grandes peces
amigos de los héroes y salvadores de niños sagrados y doncellas o damas
principales. Prácticamente en todas las culturas marítimas dichos
"grandes peces" se hacen presentes con su carácter alegre, desinteresado
y sensible a la belleza de la forma y la conducta humana, peces
inteligentes y sensitivos.
Hasta
hace relativamente poco tiempo dichas historias eran consideradas como
meras leyendas. Hoy ya no. Menos de dos siglos atrás el hombre
comprendió de verdad que los delfines no son peces sino mamíferos de
sangre caliente, emparentados con los seres humanos. Y estos acuáticos,
dichosos primos nuestros, han dado, y siguen dando pruebas de una
manifiesta buena voluntad hacia el genero humano, con un comportamiento
tal que hasta se les ha llegado a "conceder" la posibilidad de que
posean una inteligencia "al menos semejante a la del chimpancé".
Cuentan los viejos cuentacuentos del Sur, de muy, muy al Sur... De lo más al sur del mundo... que los antiguos habitantes, que se llamaban selknam y que hoy conocemos como Onas, cuando veían a lo lejos, en el mar, acercarse una ballena, acampaban en la playa durante varios días porque eso significaba comida y alegría por mucho tiempo. Y entonces, para calentarse, prendían un lindo fuego.
Pero aquella vez no se trataba de una ballena, sino de un barco! Eran los españoles que estaban cumpliendo la hazaña de dar la vuelta al mundo por primera vez. Y mirando la costa no dudaron al poner el nombre a la nueva tierra: Tierra del fuego!
Desde la costa, una familia ona decidió acercarse a los visitantes en canoas a darles la
bienvenida.
-Atrapadlos! _rugió el capitán del barco- Servirán para diversión de los reyes en la corte!.
Y así la familia Ona fue hecha prisionera. Pero no todos en el barco estaban felices con esto, y, en medio de una feroz tempestad, un grumete llamado Miguel, los ayudó a escapar, y mientras los españoles temblaban de miedo porque creían haber llegado al fin del mundo, los Onas se arrojaron al mar para llegar nadando hasta sus playas. _ Preferimos nadar, antes que ser esclavos...
Pero el mar es inmenso, y por más que nadaran muy bien, nunca llegarían. Así que algo pasó, algo fantástico, algo increíble: Los Onas se transformaron en los delfines!
Si! Así nacieron los primeros delfines! Nadan como peces, pero respiran y piensan como personas, y, como los Onas, viven y crecen juntos, ayudándose en una gran comunidad.
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