Buenos Aires con niños: el Zoológico y el Acuario en Palermo
En pleno corazón de la ciudad, el Zoológico y el Acuario de Buenos Aires bien valen una visita acompañando y disfrutando junto a los más pequeños, y no tanto. En 1997 el parque del Jardín Zoológico fue declarado monumento historico national.
El antiguo Zoológico de Buenos Aires, ubicado en el elegante barrio de Palermo, se extiende en 18 hectáreas frente a la Plaza de Italia. Algo de historia : el parque fue inauguró el 11 de noviembre de 1875, con un sector dedicado a zoológico. La arquitectura de los edificios que guardaban los animales en esa época eran similares a los de los países de origen. Son verdaderos monumentos históricos.
El zoológico aloja a numerosas especies de mamíferos, reptiles, pájaros y animales salvajes por supuesto. Los objetivos principales son los de la conservación de los ejemplares, su estudio y la educación.
Dentro del acuario y su anfiteatro se observan a los lobos de mar, pingüinos, focas y orcas marinas en acción. Todos tienen su historia de abandono y rescate por parte de los voluntarios argentinos que patrullan las costas y las playas del mar argentino. En el escenario los niños disfrutan y participan de la interacción con los simpáticos animalitos y sus cuidadores.
La granja es uno de los lugares preferidos por los niños que visitan el zoológico. Pueden acercarse a los animales y escuchar las explicaciones de los cuidadores a propósito de los hábitos, de la alimentación. Observan a los cachorros y se divierten con sus simpáticas costumbres. Los niños descubren un mundo diferente y acarician la piel de los animalitos bajo la mirada de quienes más saben del tema. Es una experiencia inolvidable.
Ese contacto directo, la posibilidad de alimentarlos con sus propias manos es muy emocionante. Los chicos aprenden mientras se divierten. Además, hay muchas otras actividades inherentes a una granja: se aprende a amasar el pan, se visita el sector dedicado a la apicultura, la huerta y otras como la de seguir el proceso de reciclado del papel.
La Rainforest se encuentra instalada en un viejo edificio del Zoo. Vemos la flora y la fauna de la selva subtropical. El recorrido esta ambientado, cálido y húmedo. Se cruza a través de un puente sobre un pequeño espejo de agua, a un mundo exótico. El agua salpica y se escuchan los sonidos de los habitantes de la jungla. Se ven monos, pájaros y algunos reptiles…
La novedad es el paseo en un pequeño barco por uno de los lagos que ocupan el enorme parque.
El Zoológico de Buenos Aires respeta la tendencia de los nuevos zoológicos: conservar en sus instalaciones menor cantidad de especies pero mayor cantidad de ejemplares para formar grupos de reproducción, sobretodo en lo que hace a las variedades autóctonas que se hallen en peligro de extinción.
La deforestación y la alteración de los ecosistemas producida por el avance de los cultivos indiscriminados representan un gran problema para las especies animales del mundo entero.
Los zoos se han transformado en centros de conservación de la fauna en peligro de extinción. Trabajan mucho con el objeto de aumentar la conciencia popular sobre la ecología y la divulgación de los temas más importantes.
El concepto ha cambiado por el de eliminar las rejas y reemplazar las jaulas por ambientes sustitutos.
En el Zoológico de Buenos Aires se puede disfrutar de charlas y de videos educativos sobre las investigaciones de simulación de medio ambientes, conductas de los animales, hábitos, alimentación, su habitat, etc.
Esa reuniones con quienes están a cargo del cuidado de los habitantes del zoo se vuelven sumamente importantes a la hora de despertar conciencias en la sociedad. La tendencia es llegar a los zoológicos modernos sin rejas ni jaulas, con los animales en libertad.
Uno de los temas principales es el de la reproducción de las especies en cautiverio en el zoológico.
La fauna salvaje cautiva está presente en estos espacios modernos. Se habla de las especies más comunes pero también de aquéllas amenazadas por la extinción. En nuestro Zoológico de Buenos Aires los cuidados de estas últimas y el mantener sus características propias son seguidos con especial atención.
El fin es el de crear poblaciones de especies en cautiverio o semi - cautiverio y conservar la fauna salvaje en un medio ambiente acorde con el natural y con el objeto final de su óptima conservación.
Tener éxito en la tarea de la reproducción requiere de gastos y de cuidados. Pero los zoológicos de hoy en día, como el de Buenos Aires tienen ese objetivo dentro de la función que cumplen como organizaciones que buscan la protección y conservación de los grupos del mundo animal.
Animales rescatados y en cautiverio, atendidos y respetados, bien alimentados, alojados en grandes espacios cómodos y bien acondicionados, respetando sus costumbres y su calidad de vida. Animales que tienen plenas posibilidades de vivir y de sobrevivir de una manera feliz y satisfactoria.
Una buena noticia : durante los últimos años ha habido cantidad de nacimientos en el Zoológico de Buenos Aires: tigres, osos, boas, cisnes, camellos, hipopótamos, chimpancés, cóndores, lechuzas, lobos de mar, antílopes, una jirafa y hasta un adorable orangután.